"Necesito los huevos"


Ayer vi Annie Hall y sin entrar a valorar la cinta (que me parece de un gafapastismo y una pedantería de asustar) hay ciertas cosas sobre el tema de las parejas que me parecieron tremendamente acertadas. La principal: La conclusión final a la que llega el personaje de Woody Allen y que se resume en el chiste del psiquiatra.
"Un tipo llega al psiquiatra y le dice:
-Doctor, mi hermano está loco. Cree que es una gallina

-Pues porque no le mete en un manicomio -responde el doctor

-Lo haría pero... necesito los huevos"

La relación perfecta no existe. El hombre y la mujer, o al menos sus mentes, son demasiado distintas la una de la otra como para mantener una relación sin fricción. Por supuesto, puede que en el caso de dos idiotas redomados, dos tipos sin ningún interés por absolutamente nada, se pueda mantener una relación perfecta de necesidad mutua. Pero el resto de los humanos, todos los que nos interesamos por cosas artísticas y que sentimos algo más allá de nuestro propio ombligo, estamos destinados a vivir relaciones de pareja extrañas y absurdas.

Si una sociedad extraterrestre viniese a estudiarnos, y estoy hablando de una sociedad lo suficientemente avanzada como para haber superado el sufrimiento, jamás entendería como el hombre (como ser humano, no como genero) es capaz de verse involucrado en unas relaciones de pareja que, en el 90% de los casos, llevan al desastre. Al dolor, a la perdida, al echar de menos. A las segundas partes terribles en donde la separación es aún más dolorosa e inevitable que la vez anterior. Una sociedad de extraterrestres que viniese a estudiarnos no entendería porque nos vemos inevitablemente atraídos a semejante problema. Porque, el hombre, siente la imperiosa necesidad de emparejarse cuando miles de años de historia demuestran que el hombre en la mayor parte de los casos (siempre cabe la posibilidad de encontrar a alguien con quien pasar el resto de tus días) no está hecho para mantener una pareja estable.

Pero es que necesitamos los huevos.

Soy un gran defensor de las relaciones de pareja. Creo que el hombre no nació para estar solo y la felicidad que te trae una pareja estable, alguien de quien te has enamorado y a la que aprendes a querer más de lo que te quieres a ti mismo, una mujer (o un hombre) al que dar cariño y amor de forma completamente altruista, es una de las mejores sensaciones del mundo. Si, en más de la mitad de los casos las relaciones de pareja terminan en un desastre de desamor y perdida, en dolor y sufrimiento para ambas partes.

Pero la felicidad anterior, la felicidad plena de querer a alguien y saber que entre los mil millones de personas de este planeta eres lo más importante para otra persona, solo esa sensación, compensa cualquier infierno que pueda venir.

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