Recuerdos de un móvil muerto

Se me ha muerto el móvil. Ha sido esta mañana, después de cumplir con su deber de despertador por última vez, tras ese último esfuerzo y en evidente agonía, el móvil ha dejado de funcionar (al menos con lo que respecta a la pantalla -y ya se sabe que, sin pantalla, no se va a ninguna parte en el caso de aparatos tecnológicos)

Por suerte de su memoria he podido extraer las últimas fotos que quedaban y hoy, para recordar los escasos 8 meses que me acompañó (¿¡8 meses!? ¿¡Pero qué coño!?), voy a subir todas aquellas fotos, recuerdos de los buenos días en los que me acompañó:

Vacaciones de Semana Santa. A pesar del frio la verdad es que daban ganas de bañarse

Mi amiga Helena, tan simpática ella, y una de las fotos (la peor de todas) que me sacó a traición después de aguantar 22 horas de fiesta

Un anciano que disfrutaba de un concierto punk en jaias de Algorta.

Uno de los tantos amaneceres de verano. A este le tengo especial cariño, por ser uno de los de fiestas de Plentzia.

Sorli y yo, triunfantes tras una de las noches más extrañas de mi vida (en la que hundimos un barco y todo). Siempre nos terminan dejando tirados.

Hace un par de findes, en la escalera de mi casa, tras un regreso accidentado (y un viaje que se pegaron un par de compañeros con ideas de bombero)

La casa más acojonante de todo Madrid. Juro que no está retocada la foto, el edificio es así.

Quedan muchas, algunas que ya estaban subidas y otras que simplemente son demasiado privadas para subirlas por aquí. De 79 subir solo 7 es algo porquería, pero son las más clave, al menos aquellas que me traen mejores recuerdos (salvo, evidentemente, las extremadamente privadas)

+ + + Edito + + +

Mi móvil ha resucitado. Como suena.

No me había alegrado tanto de un momento vital WTF en mi vida

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