Hay dos clases de noche.
Está por un lado la premeditada. La que planeas con horas, dias o semanas de antelacion. La que sabes donde quieres intentar ir y que quieres intentar hacer en cada momento. Donde empezareis a beber y donde terminareis. Esa clase de noche.
Y luego está la que simplemente pasa.
Ayer fue una de las segundas. Una de las legendarias en las que, sin comerlo ni beberlo, terminé en la sala heineken donde, borracho como una cuba, en una de las fiestas mas raras en las que he podido haber estado vi como el DJ (que estaba pinchando con una gameboy modelo ladrillo) se despelotaba en medio de la discoteca (y no fue el unico momento WTF de la noche)
Hacia tiempo que no me lo pasaba tan bien. Y es que si algo diferencia a esta clase de noches de las premeditadas es que estas casi siempre son legendarias.
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