46- El maestro

Creo que ya lo comenté alguna vez en algun otro blog (soy de los de ir y volver... pero bueno que digo, si salvo ortographias y Bosco esto parece que no lo lee ni cristo y ellos ya me conocen de antes) pero siento mucha empatia por Joaquin Sabina.

Creo que la vez que lo dije tambien comenté que mi admiracion por este vividor al que podriamos añadir cientos de adjetivos socialmente negativos (putero, politoximano) pero que en él resultarian encantadores, este ultimo gran poeta español que tiene unas de las mejores letras en castellano, viene a costa de mi madre.

Sabina me recuerda a mi madre. Me recuerda a los largos viajes a comillas y de comillas a la playa de gerra y de gerra a casa, a los buenos veranos de cuando era crio, los de playa si o si y hasta las ocho de la tarde. Sabina me recuerda al olor del vapor saliendo del cuarto de planchar, me recuerda al viejo seat panda (aunque nunca hubiese radio en ese coche) de mi madre. A veces me da por escuchar a Sabina, bien porque mi estado animico necesita de alguna de sus letras bien porque, en dias como hoy, simplemente me apetece escucharle.

Hoy de nuevo tenemos invierno Bilbaino a 400 kilometros y mientras suena Sabina hecho de menos el norte. Es curioso que sea un andaluz y el clima del centro lo que me recuerden al norte.


(probablemente mi cancion favorita de Sabina, ya se que es mezcla de dos, pero se complementan de puta madre y el final es lo que termina de hacerla perfecta. Me encanta la incorporacion de "Calle Melancolia" -una de mis letras favoritas- deberia hacer una version asi de la cancion)

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