Alex, los Goya, el cine, Internet y un par de cosas más.

Si sois cinéfilos, o simplemente si pasáis largas y nada tediosas horas delante de vuestro ordenador, vais a hablar de esto durante toda la semana. Y lo sabéis.

Ayer fue la gala de los Goya, última de Alex de la Iglesia como director de la academia del cine, y en esa tesitura, el bilbaíno aprovechó para soltar un discurso hablando, sin que sirva de precedente en un cineasta de este país, de como Internet es el presente y pidiendo un cambio en el modelo de negocio. Todo eso delante de la ministra de cultura, Javier Bardem, y otros tantos cientos de defensores del modelo antiguo (el que tenemos ahora), los que quieren negarse a ver que Internet ya ha llegado, y ya no entendemos la vida sin su uso.

Es una pena que haya decidido abandonar ahora. Quiero pensar que no ha sido solo su elección, si no que la academia y el ministerio de cultura le han "invitado" a dejar su puesto por sus ideas, porque sinceramente, si lo ha hecho por si mismo, sin que nadie le haya pedido nada... nos ha dejado en bragas cuando más le necesitamos. Ahora hace falta un tipo como de la iglesia al frente de los temas de cultura. Un tipo capaz de escuchar y cambiar de opinión (porque esto no es opinable amigos; Internet es el presente os guste o no), que no descalifique a los usuarios por ser simplemente usuarios. Que no nos llame ladrones a los que pirateamos si no que este dispuesto a negociar alternativas.

Se ha malinterpretado todo este tema de Internet y la difusión de la cultura. No se puede mantener a Seriesyonkis.com (una página que se hace de oro gracias al trabajo de los de más -¿Cuantos banners de publicidad hay en cada página de seriesyonkis que abres?), pero tampoco puede mantenerse el cine como único medio de difusión de las películas. Me da mucha pena, sinceramente, porque yo soy un gran defensor del cine y me encantaría que todo el mundo prefiriese ir a las salas que verlo desde la comodidad de su casa. Pero es que soy un romántico y me encanta la idea del cine como espectáculo. Todo ese rollo de teatro, de sentarse en una gran butaca con un montón de palomitas y dejarte absorber por la inmensidad de una pantalla cinematográfica me sigue poniendo los pelos de punta. Entiendo perfectamente que no todo el mundo comparta ese sentimiento (igual que hay mucha gente a la que no le gusta ir a conciertos) y por eso se que los tiempos están cambiando... pero me da mucha pena, que queréis que os diga.

Y la mala interpretación que ha tenido ha convertido la ley Sinde en una guerra abierta entre usuarios y cineastas que, en realidad, están más en común de lo que ninguno de los dos reconocerá nunca. Salvando a los tarados que abogan al "todo gratis" y a que la cultura debería ser gratuita (la misma gente que lleva años quejandose del precio de las entradas del museo y que no los verás por allí ni invitados) el resto de defensores del problema (entre los que me incluyo) sabemos de sobra que no se puede poner "todo gratis". Igual que salvando a tarados que comparan los derechos de autor a "plantar tomates" o a los derechos de los niños de África (por poner dos ejemplos al azar y no señalar a nadie, aunque podría -pero no quiero- decir directamente, gente como Javier Bardem y Alejandro Sanz) el resto de gente que se dedica a la cultura y tiene media neurona, es capaz de apreciar que el modelo de negocio está cambiando.

Entiendo que asuste. Todo cambio asusta. Pero también, a veces, es necesario.