Lo saben los chinos


Ya está, ya se terminó. Es hora de volver a Madrid, buscar empleo, encontrar empleo y comenzar a trabajar. Hora de dejar playas, soles, fiestas y kalimotxos atras. Dentro de poco los amanaceres desaparecerán de mi vida, ocultos tras las noches eternas del invierno. Antes de que nos demos cuenta comenzará el frio y si todo sigue en la misma progresion aritmetica, este invierno la nieve cuajará durante meses en madrid. Los dias blancos con el cielo azul llegarán y dentro de poco las quejas por el calor darán paso a las quejas por el frio y los recuerdos de "lo bien que estabamos en verano".

Y bueno... este verano ¿que?

Este verano de apenas dos semanas (tres si contamos la primera, casi cuatro si nos ponemos tiquismiquis) ha dejado grandes momentos. Ha sido un buen verano, un inmerecido buen verano que compensa en parte lo terrible que estaba siendo el año. Me da pena irme... es curioso, sobre todo por como ha sucedido todo en mi vida desde que me fui a Madrid... pero ahora me da pena irme. He estado agusto aqui. Tal vez por la falta de responsabilidades (o que he decidido "olvidarme" de ellas mientras fuese a dormir en Getxo) he estado relajado, comodo. Disfrutando de cada segundo, que es como uno debería vivir su vida todos los dias.

Un verano que pintaba terrible y ha terminado convirtiendose en uno de los mejores de mi vida, que me deja para el recuerdo muchas noches inolvidables; cuando hundimos la barca, cuando estuvimos 22 horas de fiesta, el puñetazo sin venir a que, en la que descubri que las txosnas tienen "reservado"... y muchas aventuras que contaremos durante años.

(Posiblemente influido por los ultimos acontecimientos) este verano definitivamente ha terminado convirtiendose en uno "para el recuerdo".



Lo saben los chinos...

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